Hace ya siete días y todavía muchos no hemos despertado de ese sueño glorioso que fue ‘la Magna’, la procesión triunfal de Santa María de la Victoria en el 150º Aniversario de su Patronazgo malacitano y el 75º Aniversario de su Coronación Canónica. Siete días después y seguimos ensimismados en un bucle emocional del que no podemos o queremos ausentarnos. Siete días han pasado tras el cenit mariano y serán setenta veces siete los que revivamos a diario los históricos acontecimientos del pasado 26 de mayo, la fecha en la que la banda de la Vera+Cruz de Almogía acompañó a la Madre de Dios y Patrona de la Diócesis de Málaga, Santa María de la Victoria.
En el calendario cofrade de 2018, el último sábado del mes de mayo estaba rodeado con un gran círculo rojo, una fecha ineludible no sólo para Málaga y su provincia, sino para cofrades y cristianos del resto de Andalucía y España, como a la postre quedó demostrado durante la jornada, con la presencia en las calles de miles de creyentes y fieles de toda la geografía española.
El buen tiempo desde el inicio de la jornada ayudó a que las calles del centro de Málaga fueran un hervidero desde tempranas horas. Edificios engalanados, faldones, guirnaldas, flores… la ciudad se despertó majestuosa con un cielo teñido de azul y blanco y con los olores propios del mar y la primavera. A primera hora de la tarde, nuestra banda encaró el antiguo camino de Antequera para afrontar una de las citas más importantes de la historia reciente de nuestra formación, la cual arrancaría a las 17.00 h. desde la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación de Málaga.
Minutos antes de la salida, los aledaños de la Catedral se encontraban colmados de gente, miles de personas ocupaban cada baldosa de calle Císter y San Agustín, mayores, jóvenes, niños… familias, turistas y curiosos. A la hora acordada, la puerta del Patio de los Naranjos comenzó a abrirse. La comitiva la encabezaba la cruz parroquial acompañada de dos ciriales, a lo que siguió una nutrida comitiva de fieles y representantes de cofradías malagueñas. Desde puestos elevados, las cámaras de televisiones locales captaban los detalles del arranque del cortejo.
Las 12 campanas de la catedral comenzaron a anunciar con su repique que Santa María de la Victoria estaba próxima a salir, sonido que al poco se fundiría con los aplausos de los miles de malagueños allí concentrados y con los acordes del Himno Nacional interpretado por nuestra banda. En esos momentos cada segundo era pura eclosión sinestésica, bocanadas de incienso atravesadas por rayos de sol que hacían refulgir el trono argénteo de la Madre de Dios. Desde entonces y durante las próximas tres horas, la banda de la Vera+Cruz se enfrentó a un ilusionante y a la vez desafiante reto, estar a la altura de la magnificencia de esta efeméride y aparecer en las crónicas futuras como uno de los protagonistas que contribuyó con su granito de arena a esta celebración histórica.
“El repertorio que nuestra banda de música interpretará tras el trono de Santa María de la Victoria ha sido confeccionado por una comisión de la Real Hermandad de Santa María de la Victoria en colaboración con la dirección musical de nuestra formación. Se ha apostado por un repertorio clásico y aunque no se renuncia a la alegría propia de esta efemérides el carácter va a ser muy solemne, como la regia figura de Santa María así lo pide”. Así rezaba la entrada que nuestra banda publicó en la mañana del mismo día 26 en sus redes sociales y así se materializó desde el inicio, echando mano de composiciones de autores consagrados como Mariano San Miguel (Gloria) o Joan Lamotte de Grignon (Santa María de Ripoll), obras cuyos sones pusieron música a los primeros pasos de la Victoria en su recorrido.
De forma solemne y radiante avanzó el trono hasta la plaza del Siglo, en la que tuvo lugar, para muchos la estampa más bella, si no la más emocionante del día. Y es que una lluvia de pétalos como pocas veces se ha visto, aguardaba el paso de la patrona de Málaga. Pétalos blancos, rojos, rosados inundaron el cielo malagueño empujados por los sones de ‘La Gracia de María (C. Gándara) interpretada por nuestra banda. Aplausos, campanillas, fotos y vídeos para inmortalizar el momento, todo parecía poco en aquel enclave malacitano.
La entrada a la plaza de la Constitución vino precedida de ‘Signum Victoriae’ en calle Granada, obra de nuestro hermano y músico Francisco Fernández Mayorga. Aunque no sería la única obra dedicada a nuestra Hermandad que sonara durante la tarde, ya que en pleno corazón de calle Larios, se pudo escuchar los bellos acordes de ‘Veneración’ de nuestro director Carlos Manuel Puche o de ‘Hijos de María’ de José Ramón Valiño.
A lado y lado de la calle cientos de malagueños y visitantes acompañaban a la Virgen de la Victoria o se adelantaban para poder disfrutar de nuevas y atractivas perspectivas. Con las notas de ‘Santa María de la Victoria’ de Sergio Bueno se inició el recorrido oficial, metros antes de la plaza de la Marina a la que seguiría ‘Santa María de la Paz’ de Beigbeder en la antesala de Cortina del Muelle. El inédito recorrido regaló a los presentes estampas hasta entonces nunca vistas y que contribuyó a enriquecer el cortejo. En las sillas dispuestas por la Agrupación de Cofradías los huecos eran inexistentes, haciendo disfrutar a cientos de malagueños de la procesión desde un lugar privilegiado.
Como siempre y desde el primer minuto el nivel de la banda fue exquisito, el rico repertorio ayudó a ensalzar el discurrir de Santa María de la Victoria por las calles de Málaga. Ya en el último tramo, el trono realizó la curva del Palacio de la Aduana a los sones de ‘Virgen del Amor Doloroso’ de Eloy García. El contraluz producido por el sentido del cortejo hacia la catedral y la posición del sol en su ocaso brindó a los presentes una escena de tintes místicos que serviría como despedida antes de que la Virgen de la Victoria encarara de nuevo el Patio de los Naranjos a los sones de ‘Corpus Christi’ (Braulio Uralde). Entre aplausos y con el Himno Nacional de fondo, el trono se adentró en el templo para preparar su próxima colocación en el atrio de la catedral frente a la plaza del Obispo.
Mientras tanto, nuestra banda se dirigió a la propia plaza del Obispo, ocupando un lugar central frente al atrio, a la espera de recibir de nuevo a la Patrona. Los presentes, autoridades locales y representantes de las distintas cofradías malagueñas, pudieron disfrutar de la interpretación de ‘Altare Dei’ (Ricardo Dorado) minutos antes de que la puerta del templo se abriera de nuevo para recibir a Santa María de la Victoria con el Himno Nacional. Seguidamente y para cerrar esta participación histórica nuestros músicos interpretaron magistralmente ‘Málaga a su Virgen de la Victoria’, obra dedicada a la patrona por el compositor Ginés Sánchez Torres, dando por finalizada nuestra presencia en el cortejo y conscientes de haber estado a la altura de esta jornada.
Hoy siete días después, cualquiera puede disfrutar de cientos de vídeos de la Procesión Magna, escuchar decenas de audios y sumergirse en miles fotos. La banda de la Vera+Cruz puede también hacer eso, pero además, lo ‘vivió’.