Hay días en los que todo acompaña y ayer fue uno de ellos. El tiempo, el público, el repertorio, la mecida del trono…. En la jornada de ayer todo funcionó y nos dejó como resultado un Domingo de Ramos memorable del que tanto la cofradía del Señor del Huerto y la Virgen de la Concepción como la banda se pueden sentir orgullosos.
La comitiva morisca partió a tempranas horas hacia la capital malagueña, empezábamos pronto y había que poner la banda a punto. Poco antes de las 16.00h la formación al completo se encontraba ya en la azotea de la Casa-Hermandad esperando que que llegara su turno. Desde ahí se oyeron los primeros toques de tambor que anunciaban el comienzo del cortejo, vimos como las primeras ramas de olivo traspasaban el dintel dando cobijo al Señor del Huerto y al ángel que lo acompaña y como tras el trono, comenzaban a aparecer los primeros nazarenos albiazules.
Momentos después la banda ya tenía colocado en el atril el Himno Nacional seguido de la marcha dedicada a nuestra cofradía ‘Sactum Lignum Crucis’, del compositor granadino y amigo Victor Manuel Ferrer. La plaza que nos aguardaba a la salida estaba colmada de público que no quiso perderse la salida de Ntra. Sra. de la Concepción. Un caluroso aplauso nos dio la bienvenida a lo que sería nuestro Domingo de Ramos particular. A partir de ahí todo siguió el mejor guión de los posibles. A la altura de la Casa-Hermandad de Mena, una sentida saeta seguida de la ‘Salve Marinera’ por parte de nuestros músicos arrancó un fuerte aplauso por parte de los presentes. Luego vino el Puente de la Esperanza y la entrada a la Alameda Principal. ¡Vaya alivio no tener que mirar al cielo por fin! Esta vez más que mirar, lo que muchos pensaron fue como resguardarse de él, porque un sol imponente en el firmamento nos acompañó hasta bien entrada la tarde. El paso por la rotonda del Marqués de Larios se realizó con la marcha ‘Virgen de los Negritos’ (P. Morales), seguida de ‘A la Vera+Cruz’ (F. Fdez. Mayorga). El enlace de ‘Concha’ (V.M. Ferrer) con ‘Concepción’ (P. Artola) también fue muy bien acogido al paso de la Virgen por la tribuna oficial. Siguió la doble curva y el paso por la plaza Uncibay con ‘Alma de la Trinidad’ (Eloy García).
Entrañable y emotivo era contemplar a los músicos debutantes afanarse en dar lo mejor de sí mismos y estar a la altura de sus compañeros. Cada Semana Santa es igual y diferente al mismo tiempo. Mención especial merece el paso de Ntra. Sra. de la Concepción por C/Carretería. Coincidiendo con la puesta de sol, los hombres de trono dieron una lección magistral de templanza y buen hacer. El trono acompañó a la banda y la banda acompañó al trono, una conversación artística que culminó con la interpretación de ‘Mi Amargura’ (V.M. Ferrer) bajo una lluvia de pétalos que pellizcó el corazón de todos los presentes. No es de extrañar que horas después el capataz de trono Paco Moreno dedicara a través de Twitter estas palabras a nuestra banda “Enhorabuena chavales, increíble lo vivido como capataz de Concepción y la interpretación del repertorio (…) se me han saltado las lágrimas más de una vez, enhorabuena”.
Y aún así nos esperaban por delante más estampas inolvidables. El paso por la tribuna de los pobres enlazando ‘En el Cielo de tus ojos’ (V.M. Ferrer) con ‘Pasan los campanilleros’ (López Farfán) fue un éxtasis, una comunión con un público que entregado rompía en continuos aplausos al paso de la bella imagen mariana.
Luego tocó cruzar de nuevo el puente y encarar la entrada otra vez en el barrio. Había que echar el resto y se echó. La banda, los hombres de trono, la cofradía al completo. En el encierro, la cofradía, sabedora del gran Domingo de Ramos que había realizado parecía resistirse a decir adiós a sus titulares, cientos de personas aguardaron la despedida de las imágenes, que entre saetas, marchas y aplausos dijeron adiós a los malagueños dejando en sus retinas suficientes estampas cofrades para esperar hasta la próxima Semana Santa.