Finalmente, nos dirigimos hacia el tercer punto, el espacio de la Plaza de la Constitución, epicentro del pueblo junto a nuestra Parroquia, donde se colocarán dos lonas más en la vivienda propiedad de Dña. Encarna Antúnez Gómez. A  Dña. Encarna y familia transmitimos también nuestro agradecimiento por cedernos este espacio.

Por una parte, encontramos una gran lona en la que podremos contemplar una fotografía de cuerpo entero de Nuestra Señora de los Dolores, luciendo su magnífico ajuar actual. En Ella se nos presenta como Reina, Señora y Protectora perpetua de esta villa de Almogía. En nuestra Amantísima Titular no solo hallamos toda la historia de la Imagen en el seno de nuestra Hermandad, sino también toda la antiquísima tradición depositada por su primitivo autor. Del mismo modo que su historia previa como devoción de culto doméstico, su historia junto a Candelaria. Y la historia que nos habla de la recuperación en nuestra Bendita Madre de la antigua y primitiva advocación de los Dolores que recibía culto en nuestra Parroquia, al menos, desde el s. XVIII, como atestiguan las investigaciones de nuestro cronista, D. Francisco Moreno.

Junto a esta imagen, hallamos otra lona escrituraria en la que evocamos el culto de bendición de Nuestra Señora, a través de un fragmento del díptico de Bendición que se realizó con ocasión de aquella jornada histórica: “Solemnes Cultos que con motivo de la bendición…de nuestra Sagrada Titular NTRA. SRA. DE LOS DOLORES celebraremos el 29 de marzo de 1947…A LAS SEIS Solemne bendición…por el Muy Ilustre Sr. D. José Suárez Faura Canónigo de la S.I.C. de Málaga…”. Por fin, aquel 29 de marzo de 1947, pudo ser bendecida, en nuestra Parroquia, la Imagen de Nuestra Señora. Tras un mes de idas y venidas, todo llegó a su punto. Aquella que había sido legada a nuestra corporación, permanecería legítimamente en la misma. ¡Y bendito aquel día por siempre, en que la Divina Providencia nos entregó a nuestra Santísima Madre en tan bello, fino, pulcro y valioso simulacrum!

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