Tal día como hoy del año 2018 vivía la Diócesis de Málaga un acontecimiento de especial trascendencia histórica: la Beatificación del Bienaventurado Padre Tiburcio Arnaiz, Apóstol de Málaga, en la que estuvo presente esta Venerable Hermandad. Ceremonia que estuvo presidida por el Cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos.
Pedimos al Beato Padre Arnaiz que interceda por nuestra Hermandad, para que el ejemplo de su incansable celo apostólico sea espejo en el que mirarnos para cumplir con las misiones concretas que la Iglesia nos encomienda.
Decía el Padre Ponce de León sobre Arnaiz: «me hizo la impresión del soldado que vuelve del campo de batalla cubierto de golpes y heridas, y que está cercano a recibir el premio de sus luchas y trabajos…».
Muchos fueron sus luchas y trabajos. Nunca habrá forma de agradecer al Padre Arnaiz lo que hizo por Málaga y su provincia. Lo que hizo por su gente sencilla, por mejorar sus condiciones y que no estuviesen privados de formación.
Y el premio fue grande. Para él y para nosotros. Nos regaló Dios, en el siglo XX, un Apóstol malagueño de adopción en toda la dimensión de su significado. Y que estará presente por siempre en nuestra Hermandad en las dos Reliquias que atesoramos en nuestra Capilla del Santísimo Cristo de tan grande siervo de Dios.