Son las siete de la tarde del jueves cuatro de abril de 2013 y me dispongo a hacer la crónica de la pasada Semana Santa. Han pasado 101 horas desde que la imagen de Cristo Resucitado traspasara las jambas de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción y pusiera punto y final a los días grandes de nuestro pueblo. Un centenar de horas que no han servido para borrar de mis retinas las innumerables y bellas estampas que nuestra cofradía brindó a los vecinos y visitantes los pasados Jueves y Viernes Santo y la ilusión y cordialidad con la que se vivió el Domingo de Resurrección.
He de decir que tanto el Jueves como el Viernes Santo hicieron honor al extraordinario Cabildo que nuestra Hermandad celebró este año y al que por suerte muchos músicos pudimos acudir. Durante nuestros dos días de Pasión, los cargos y sus acompañantes supieron estar a la altura y propiciaron un esplendoroso desarrollo de nuestros cortejos procesionales, secundados, como era de esperar, por una solemne y loable participación de nuestros hermanos.
Aunque salir del interior de la iglesia se ha convertido ya en algo habitual, no por ello dejan de resultar emocionantes y conmovedores los momentos previos a la apertura de la puerta del templo. El silencio del interior acentuado por la escasez de luz, apenas soportada por el titilar de las velas, sobrecoge a las personas que viven esos momentos. Tras los tres golpes en el pórtico de nuestro Mayordomo, Pepe Leiva, la procesión comenzó a discurrir hacia la calle conducida con serenidad y magisterio por Ricardo Jiménez de la Cruz. Fuera, las cámaras de Canal Sur recogían fotograma a fotograma la aparición de la Cruz-Guía anunciada por los acordes de ‘Sentimiento Gitano’ de nuestra banda Cornetas y Tambores.
A pesar de las predicciones de toda la semana, quisieron nuestros titulares que este año el cielo nos respetara y bajo un firmamento sereno, el culto externo a nuestros imágenes comenzó su camino. La salida del Santo Cristo de la Vera+Cruz fue multitudinaria y respetuosa, cientos de vecinos ocuparon la Torrecilla, y Calle Viento para no perderse ese momento. La banda de música como es tradición, arrancó con los acordes de la marcha ‘Cristo de la Vera+Cruz’ de nuestro hermano Jacinto Fernández a la que siguió la composición del malagueño Francisco Javier Moreno ‘Plegaria al Cristo del Perdón’. Hasta entonces el cortejo había discurrido majestuosamente, de forma paulatina pero continua, los hombres con hachetas; la sección de nuestro Campanillero, Manuel Godrid; nuestro Ángel, Adriana Rojas; y nuestra Magdalena, María Godrid. Cuando los hombres de trono embocaban Calle Cristo portando al Santo Cristo, hacía su aparición Nuestra Señora de los Dolores. Más bella que nunca, estrenando la nueva saya bordada en oro sobre tisú blanco. La banda de música de Ogíjares puso melodía a su vibrante salida y culminó la puesta en escena de la procesión del Jueves Santo de la Vera+Cruz de Almogía.
Las horas siguientes transcurrieron siguiendo un guión invisible escrito por el mejor de los poetas. Las velas encendidas, el respeto, los tronos acompasados… una procesión digna del mejor sueño de cualquier cofrade. Hasta el encierro pareció funcionar como el engranaje de la maquinaria celeste. El hermoso solo, de ‘Semana Santa en Sevilla’ sirvió para que el Cristo realizara su maniobra para recibir a su madre la Virgen de los Dolores. Una vez frente a frente, la banda de Cornetas entonó la marcha ‘Madre’ para, con paso acompasado, mecer a nuestros titulares y conducir al Santo Cristo hasta la puerta de la Iglesia y finalizar con la Marcha Real. Alrededor de las tres de la madrugada, nuestras imágenes se despidieron del pueblo de Almogía. Más de uno pensamos que Jueves Santo como este será difícil superarlo.
En lo que al Viernes Santo se refiere mi crónica se basa en palabras de amigos cofrades y compañeros de la banda que a través de sus testimonios me han descrito de forma detallada y sentida sus vivencias en esa tarde de fervor y solemnidad. Si bien el Viernes Santo me encontraba fuera del pueblo por causas de fuerza mayor, gracias a sus descripciones, al escribir esta reseña he conseguido dar cuerpo a esas imágenes en mi mente. Como ocurriera el día anterior, el tiempo acompañó. Tras recoger a la Camarera de la Virgen, Pepi Fernández, en calle Asunción, la comitiva se dirigió a la parroquia dispuesta a firmar otra tarde memorable. Los portadores de los lazos del Santo Entierro comenzaron a caminar lentamente a los sones de la ‘Marcha Fúnebre’ de Chopin mientras el pueblo se hacía en silencio al contemplar como el trono catafalco traspasaba el dintel de la iglesia. ‘Qué tranquilidad’ me dijeron, poder procesionar sin mirar al cielo. Con paso vehemente caminó el cortejo por las calles de Álmogía, los mandos apenas tenían que dar órdenes, ‘el Viernes Santo anda sólo’ me dijeron otros. Y es que parece que ese día todos los hermanos de Cristo pusieron de su parte para que la procesión fuera intachable de principio a fin. Y según parece nuestras bandas no fueron una excepción. Una amiga y compañera de la banda que ese día acompañó a un familiar que ostentaba un cargo me dijo que al escuchar la banda de música, mientras subía la calle estación vestida de mantilla, se estremeció por su impresionante sonido, lleno de delicadeza y de gran calidad. La banda de música del maestro Amador de Alhaurín el Grande también rayó a un gran nivel acompañando a María Santísima de Concepción y Lágrimas que a los hombros de los Hijos de María recibió el consuelo de todos los vecinos de Almogía. Abriendo su sección este año estrenábamos una bandera concepcionista donada por hermanos de la cofradía y que ha ayudado a enriquecer nuestro patrimonio, gracias también a estos cofrades que de forma anónima engrandecen nuestra Hermandad. Pasadas las 22,30, y bajo repiques de campana se encerró una majestuosa procesión que llenó de orgullo a todos y cada uno de los hermanos de Cristo.
El Domingo de Resurrección nuestro cortejo acompañó a la imagen de Cristo Resucitado, entre sonrisas e ilusión nuestros hermanos, cargos y acompañantes disfrutaron de la última procesión de la Semana Santa de Almogía. Las Cornetas y Tambores echaron el resto y así también nuestra banda de Música, todo por cerrar de la mejor manera posible este día glorioso. Tras entonar el himno nacional para despedir al Resucitado, nuestras formaciones acompañaron a los cargos hasta sus casas regalándoles sus últimos sones del día, marchas de pasacalles o pasodobles, piezas que algunos aprovecharon para marcarse un baile, como nuestro Mayordomo en calle Peñuelas o para una vez finalizadas, fotografiarse con los componentes de la banda como hizo la Magdalena.
Luego ya en la Casa-Hermandad el horario de cierre lo dijo todo; a eso de las diez de la noche aún había hermanos charlando, felicitándose y tomando una copa para celebrar este día.
Sin duda 2013 será una Semana Santa para recordar.
Por @AullidoGlaciar