Como no podía ser de otra forma, nuestra Venerable Hermandad, en este año tan importante para los hermanos de Cristo por tantos motivos, ha colocado una serie de Banderolas Conmemorativas del LXXV Aniversario de la Venida y Bendición de Nuestra Señora de los Dolores. Para ello hemos seleccionado una serie de puntos significativos. Y se seguirá un discurso, cuyo eje será la propia historia del particular proceso que trajo a Nuestra Señora de los Dolores a nuestra Hermandad y a nuestro pueblo. Otra forma más de honrar a nuestra Amantísima Titular este año y de proclamar el amor hacia la que es la primera Imagen en la que se recuperó la histórica y primitiva devoción de los Dolores en nuestra Parroquia. Y lo haremos como Ella merece.
El primer punto importante de este recorrido lo encontramos en la Loma. En concreto en la casa del Molino, casa familiar de la familia Pineda. Desde aquí agradecemos a nuestro hermano Juan Pineda Torres y familia la cesión de este espacio. A través de la correspondiente lona recordamos la estancia de Nuestra Señora de los Dolores en este domicilio, donde su primera camarera, Dña. María Torres Díaz, veló por Ella, dándole el culto y la dignidad que merecía mientras se resolvía el proceso. Teniendo en cuenta que el primer documento conocido del proceso se fecha el 1 de marzo, la Imagen de Nuestra Señora se encontraría ya en el pueblo en fechas anteriores tras la donación inequívoca de Dña. Candelaria. Por las particulares circunstancias de estos hechos, hubo de aplazarse la primera fecha que se había fijado para la bendición y Dña. María se encargó de servirla y honrarla en su domicilio hasta que llegaron las correspondientes autorizaciones. Acompaña al texto otro de las instantáneas de la primera y significativa serie fotográfica de Nuestra Señora en el seno de nuestra Hermandad.