El Viernes de Dolores es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma, conocida por la Iglesia como Semana de Pasión. El Viernes de Dolores alcanza su protagonismo porque en este día se recuerdan los siete dolores sufridos por la Virgen María, desde la profecía de Simeón hasta la muerte de Jesús.

Los católicos manifestamos la devoción a la Virgen en la celebración de los Dolores de Nuestra Señora, incluyendo por ejemplo en la liturgia de la Misa la secuencia del Stabat Mater, una oración «estando la madre» al pie de la cruz de Jesús.

Es de significar que el Concilio Vaticano II consideró, dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las fiestas consideradas «duplicadas», esto es, que se celebren dos veces en un mismo año; por ello la fiesta primigenia de los Dolores de Nuestra Señora el viernes antes del Domingo de Ramos fue suprimida, siendo reemplazada por la moderna fiesta de Nuestra Señora de los Dolores el 15 de Septiembre.

A pesar de ello, la Santa Sede contempla que, en los lugares donde se halle fervorosamente fecunda la devoción a los Dolores de María, este día puede celebrarse sin ningún inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias.

Es por ello que hoy Almogía se viste de VIERNES DE DOLORES para acompañar a nuestra antigua Dolorosa.

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